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Mostrando entradas de junio, 2016

Capítulo 64

Desperté en una habitación del castillo del señor Macqueen, mi hermano dormitaba en una silla a los pies de una inmensa cama con dosel. Miré su rostro magullado y sus arruguillas en la frente, se le veía envejecido por la preocupación, me imaginé su noche corriendo intentando despertar a toda una aldea que dormía sin preocupaciones sin imaginarse si quiera el infierno que se iba a abrir bajo sus pies. La última vez que lo vi, estaba agarrado a la espalda de una de aquellas bestias. Bestias. No recordaba cómo había llegado allí pero tampoco recordaba mucho de lo sucedido durante la noche. Intenté serenar mi respiración que se aceleraba ante mi ausencia de recuerdos y con los ojos cerrados regresé. Imposible, nada. Sentí una mano fría en mi frente y al abrir los ojos vi sobre mi rostro el de mi hermano. Su mirada siempre vivaz y divertida, estaba ausentes de vida y cargada de tristeza. -¡Cómo me alegra que hayas despertado!- y me besó en la frente pero no con el ardor de antes

Capítulo 63

Llegó un punto donde el orden en el ataque y el cuidado en las heridas, aunque algunas pareciesen graves, se trasformó en la locura, en una orgia del mal, en una película macabra, allí donde mirases la escena era más cruel que la anterior más sádica. El calor de las llamas, el humo que dificultaba la respiración, el olor a sangre y el miedo en los ojos desorbitados, fueron el alcohol que llevó a la embriaguez, al inhibidor de la cordura, a la falta de sensatez y la ausencia de la humanidad. Los gritos aumentaron al ritmo que los gruñidos, aullidos se intensificaron, y el salvajismo del atacante se hizo más feroz y letal. Nadie estaba a salvo, ni los niños ni las embarazadas ni los ancianos. A todos se daba muerte indiscriminadamente, sin consideración ni piedad. Y yo hasta ese momento me había creído astuta al esquivar sus garras y sus colmillos, pero mi salvoconducto se perdió cuando no hubo presas y la sed de sangre no se había saciado. El personaje creado para una farsa lib

Capítulo 62

No se había hecho la claridad para nuestros ojos y la disputa de la de la gente me prepararon para esperar lo peor de lo que iba acontecer. -Han venido a ayudarnos.- gritaba un hombre desde lo alto de cuatro piedras en el centro de una plaza de un pequeño pueblo. -Nos engañan para que les sigamos y luego nos den muerte.- otro voceaba a cuatro pasos de nosotros. -Y si dicen la verdad y Macqueen y sus hombres nos atacan esta noche ¿Quién nos ayudará?- una mujer protegía bajo sus brazos a dos mocosos de escasa edad. -No me fio de ellos.-aquella frase empezó a hacerse eco entre todos los murmullos de los corrillos que se iban formando. -A mí me da igual que me creáis o no. Yo solo vengo a advertiros. – un joven de aspecto desgreñado salió del centro empujando a la gente y desapareció por un lateral entre dos casas. Todos nos quedamos mirando cómo se perdía, esperando la siguiente aparición. Desperté de mi ensimismamiento y salimos Alfa y yo a la carrera tras él. Lo perdí

Capítulo 61

Salimos del armario con la idea de seguirles pero ante nosotros se levantó un espeso bosque. Era noche cerrada y no se escuchaba más que el vuelo de los murciélagos y algún búho parloteando con unas lechuzas inquietas. Esperamos en el mismo punto sin avanzar ni retroceder, esperando. Si estábamos allí seria por algo. Unas sombras se movieron a gran velocidad ante mis ojos, Alfa alzó las orejas y erizó el pelo de su cuello. A nuestras espaldas escuchamos una respiración jadeante. Me giré para ver llegar a mí yo original. Inquieta miraba a todos los lados buscando a alguien, quizá huyendo pero no me pareció, estaba ansiosa no aterrada. Pasó por nuestro lado y me rozó el brazo, sentí una corriente de aire frío atravesar mi cuerpo. -Te está buscando.- avanzamos a la carrera tras sus pasos. Alfa cabeceó cuando giro a la izquierda, se paró y miró a la derecha.- Tenemos que seguirla a ella. Supongo que los lobos andan por allí pero ella es nuestro destino. La desesperación se hacía