Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2017

Proyecto.

Buenas tardes a todos, llevo una larga temporada inactiva con el blog, y lo lamento mucho, pero durante un tiempo seguirá igual. En los últimos meses he estado enviando el manuscrito de una de mis novelas a diferentes editoriales, y no con mucho éxito, hasta hace una semana que recibí contestación de una de ellas. Me proponen un proyecto nuevo que conlleva escribir dos novelas con un tinte muy diferente al que estáis acostumbrados, me encantan los retos y sobre todo me gusta que alguien me brinde una oportunidad como esta. Ha supuesto un cambio en mi vida, pues tengo un contrato por lo que más me gusta en este mundo, contar historias, saber que esas historias sin estar escritas tienen un camino trazado para su publicación y un público al que puede interesar, según expertos, es una alegría inmensa.  Quizá no esté a la altura, pero voy a arriesgar todo por intentarlo.  Gracias por leerme cada mañana, por seguirme y por esperarme. Y esto no es un hasta nunca, pues compartiré con tod

Tormenta de Galgos.El Greñas. Perdóname.

No puedo irme sin revelarte a ti que tanto te amo, porque me voy de este mundo sin intentarlo de nuevo. Sé que perdonarías hasta el último de mis errores, pero yo no puedo perdonarme. Hay un punto que no tiene retorno, un punto diferente para cada persona, y yo lo crucé. No quiero que nadie intente dar explicaciones que atenúen lo que siento, no quiero que nadie me convenza de que soy víctima y no culpable. Se atragantan las palabras en mi garganta. Yo maté a todos aquellos niños. No levanté la mano que sostenía el hacha, pero sí el dedo que señaló el lugar. No voy a quitar importancia a mi pecado diciendo que negué conocer su paradero, pues jamás fui indulgente con los que acusé de asesinos a pesar de las torturas sufridas. Yo sucumbí ante el dolor cuando juré y perjuré que jamás me dejaría vencer. Tenía que haber muerto aquella noche, pero alguien decidió que era hora de aprender a ser humilde. Una nueva oportunidad para escribir un capítulo que cambiase todo. Quizá al

Tormenta de Galgos. El Greñas. Balance.

La adopción marca la diferencia.  El Greñas siempre fue para mí el resultado de mi buena fortuna, la recompensa a la buena obra del día. Y no lo entendí hasta que aquella bala entró en mi cabeza y me hizo despertar. Mi vida pasó ante mis ojos en fragmentos de segundo. Fotograma por fotograma fui viendo la transformación que obró en mí un desengaño amoroso, porque era eso, un desengaño amoroso. La vida se derrumbó bajo mis pies, pero fui yo la que dejó que todo aquello sucediera, la que puso tierra de por medio, la que comenzó a lamentar su mala fortuna; mi vida a la deriva.  No puedo responsabilizar a nadie de lo que sucedió tras la ruptura, tampoco de lo que sembré en mi corazón, la rabia, la ira y las ganas de venganza. Solo, soy yo culpable. Y cuando regresé de aquel atormentado viaje que me sumió en la locura, creyéndome la única mujer despechada, la única abandonada por su marido, la única a la que una buena amiga traiciona;  ya tenía un plan perfectamente trazado; El Gre

Tormenta de Galgos.El Greñas. Decisión.

Solei. Adoptada de Asociación Galgo Español. Y ahora comprendo que no soy de las personas que buscan el perdón de otros. He descubierto tarde que todo esto no depende de nadie, que soy yo el centro de mi vida, que soy el único personaje que importa en esta historia, que no es el Greñas ni la Rubia ni ninguno de los que a lo largo de estas páginas han aparecido los que tenían la clave de mi existencia. Buscar las respuestas en otros es hipotecar lo que solo a nosotros nos pertenece.  Llevo muerta más de lo que nadie es capaz de comprender, aquella bala segó el último aliento de vida que me quedaba, pero como hay un Dios justo, decidió que tenía que pagar por mi pecado. Lo comprendo. Muchas personas no estarán de acuerdo con mi decisión, muchas dirán que Dios no castiga a los justos y buenos, pero yo no soy ni justa ni mucho menos buena. Comprender esto me ha llevado mi tiempo, pues en el fondo quería borrar de un plumazo mi pecado, y como no era posible, lo bloqueaba, lo suprim