Hace
mucho tiempo, pero tanto que ni recuerdo, pensaba que todo el mundo era bueno,
sin excepción. Hoy, cuarenta años después, no lo creo. No soy consciente de cuándo
levanté barreras, muros y almenas, pero ambos "yo", sentados en una cafetería, tendrían muy poco en común. Ni
siquiera el amor por los libros, en mi infancia, odiaba leer y me encantaba jugar
con otras niñas, ahora cuento con los dedos de la mano las veces que me siento a
hablar con alguien, y me sobran, pero los minutos de lectura los robo de donde
puedo.
Asumo,
después de todo lo anterior, que soy rara. Muchos pensarán que es un
pensamiento negativo el que sostiene mi existencia. Disiento. Todas las personas son tóxicas, ¡¿Señores,
esto es un planteamiento negativo?! Si estoy equivocada será sencillo demostrar
lo contrario.
Admito
distintos puntos de vista, opiniones y pareceres, esto no levanta suspicacias.
¿Qué lo hace? Las preguntas indiscretas que buscan clasificarte por debajo de un
listón para subir la autoestima del botarate que interroga, y cuando esto falla,
mandar a los hijos en el papel de detectives. Un ejemplo que todos
entenderemos, ¿En qué trabaja tu mamá? Mezquinos los padres y bonita enseñanza.
¿A
quién pongo una cruz? Son pocos, pero hay y no existe un baremo para esto. Los
que olvidaron que no se puede INVADIR el espacio vital, aquellos que justifican
la maldad con mentiras, también crédulos que no verifican, no sé, lo normal de
la vida.
Me
pregunta mi hijo el sábado, ¿Qué "don" te
gustaría? He de reconocer que la naturaleza es sabia al no conceder
ninguno, con uno solo, por insignificante que fuera, estaría todo el día
eliminando atolondrados: ciclistas entrenando la vuelta a España por la acera,
coches que se saltan los cedas al paso o aparcan sobre ellos, un largo etcétera.
Tengo
una cuñada política que dijo que estaba a punto de alcanzar esa
edad donde puedes decir todo lo que piensas. Yo no creo que llegué y voy a ir acelerando
el tema. Lo haré de forma gradual y sutil para terminar mandando a media agenda
de contactos a Alpedrete, por cierto, bonito lugar, para quién no lo conozca
que vaya acercándose.
Mi
reflexión del día del padre. El mío dentro de unos días hará tres años que se
fue. Tal día como hoy recibí su último consejo, Se feliz. Tengo mis días, algunos hasta lo consigo, pero esta fecha
y su cumpleaños son un detonante para que mi yo frustrado salga maldiciendo.
Feliz
lectura.
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Cualquier lugar es bueno para reflexionar. |