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TIBIO TÉMPANO DE NUESTRA CALIDEZ.


Con esta novela me sucedió como con otro escritor que voy leyendo a cachitos, porque son amantes de los diálogos monologuistas, largos y con pocos puntos y aparte. Qué ocurre con esto, pues que se trasforman en páginas y páginas en el eBook, agota la vista y distrae.

Empecé leyéndola en el móvil porque me quedé sin luz en mi eBook, pero era muy largo los textos, se hacía pesado, lo dejé por cansancio ocular, ahora sigo las órdenes tajantes de mi familia y amigos, << ¡Cuídate la vista!>>. Llegué a casa y la descargué en el libro electrónico, pero tengo una costumbre, la primera imagen que público es cuando comienzo la lectura, no repito la foto, por eso la imagen no encaja con mi habitual protector florido tan característico en mí.

Me enganchó mucho ese primer discurso que nos narra el escritor en boca de Moreno Cabello, que no le gusta nada los medios y se nos presenta como una mujer ruda, profesional y solitaria. Es cierto que la perseverancia de esta investigadora por saber el porqué de esta asesina serial, llena la novela. No me enganchó el personaje de Simona, ni ese dialogo monologuista sobre su vida, quizá por su longitud o por su linealidad, no lo sé.
Aquí me llamó la atención que se eligiera a una mujer como asesina en serie, aunque quizá al final se nos revele diferente la visión de ella. 
Cerca del 95% de los homicidios en el mundo son cometidos por los hombres. He llegado a leer artículos que justificaban esto porque se debía a la testosterona, que se relaciona directamente con la competitividad, y por asociación con la violencia; y otros porque el hombre es menos sociable que la mujer, yo en estos puntos prefiero anotar y no pensar.  Pero no me voy a desviar, y las mujeres que matan, ¿qué? Pues siento decir que lo hacen en defensa propia, o para defender a sus hijos, la mayoría, aunque la historia nos muestra casos como Miranda Barbour, mató a 22 personas, alegó que todos eran demonios; Jasmine Richardson, asesinó a su familia porque no la dejaban salir con su novio, tenía 12 años y él 23; Brenda Ann Spencer, declaró que no le gustaban los lunes y se aburría… 



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