Nueva
lectura de mi hijo. Una pincelada de cada género buscando en cada niño esa chispa
que haga amar la lectura, hemos tenido una historia real y contemporánea, un
hecho histórico donde el hombre se enfrenta a los elementos para descubrir los
límites del mundo, la anterior fue una aventura cargada de misterio. La de
ahora, me hace saltar de alegría, es uno de mis escritores preferidos, en una
versión más acorde a su edad.
Edgar
Allan Poe ha inspirado a cientos de escritores, sus obras no tienen tiempo ni
espacio, han superado décadas siendo una de las lecturas más buscadas y
devoradas. Pero lo que me llamó la atención cuando las leí, era ese
lado oscuro que lo envolvía todo. Cada renglón nos mostraba la tristeza de una
vida, del hombre que camina sin suerte por el mundo y no ve la felicidad en
ninguno de sus rincones. Fue una víctima de lo que el mismo llamo << los
terrores del alma>>.
Todas
sus obras están marcadas por ese drama que vivió siendo niño, su padre se
marchó sin dejar huella y su madre se murió poco después, por eso no creé en el
amor puro, sino en uno tenebroso y oscuro. Le adoptó un matrimonio comerciante
de tabaco, licores, café e incluso de esclavos. Cuando murió su madrastra, su
padrastro no le avisó porque estaba molesto con él, aquello supuso un gran
golpe para Edgar, uno de tantos.
Fue
un adolescente temerario y un adulto cargado de vicios y locura. Su mujer, Virgínea
Cleen, que era también su prima, fue la única mujer que le proporcionó
pensamientos positivos, fueron momentos donde disfrutó de una escasa felicidad, los hubo, como él mismo reconoce. Pero la vida le vuelve a jugar una mala
pasada, muere su esposa de tuberculosis, tal y como lo hizo su madre,
reviviendo toda la amargura de una vida llena de sin sabores.
Busca
consuelo en el alcohol, las drogas y en las mujeres. Intentó suicidarse, sin éxito. El destino pone en su camino a una antigua novia de juventud con la que
decide casarse, parece que los cielos se despejan para dar luz en las tinieblas; entonces desaparece y es encontrado alucinado caminando con una
ropa que no es suya, delirando y con una fuerte angustia. Pocos días más tarde
muere, sumiendo sus últimas horas en un enigma sin resolver.
Poe
sufría de embriaguez patológica, el alcohol es una invariable en todas sus
obras, por ejemplo “El gato negro”, ya que fue una constante en su vida que le
marcó su infancia, su padre era alcohólico y él sufría una trasformación en cuanto
consumía, pasando de la depresión a la euforia. Se cree que padecía epilepsia, magistralmente
descrita en su cuento “El pozo y el péndulo”. Pero si por algo es estudiado y
reconocido es por su bipolaridad, aunque todo esto es como la pescadilla que se
come la cola, ambas enfermedades se acentúan con la ingesta de alcohol.
Un
depresivo reconoce a otro, como un psicópata descubre al mentiroso en la fila de
un aeropuerto, por eso me enganchan sus obras una y otra vez.
Me
fascina leer y esto siempre será mérito de mi madre, que puso sudor y lágrimas
para que yo apreciara la belleza en las letras.Nueva lectura