Solei. Nuestro primer día juntos. El hombre del tiempo nos amenaza con fuertes borrascas que entran por Galicia y en unas veinticuatro horas nos darán alcance, dejando tras de sí granizo, viento y fuertes lluvias. Bueno pues nos atrincheraremos en casa, pero antes tengo que salir al monte e intentar rescatar a todos los que andan perdidos entre matorrales y arbustos. Sigue la galga blanca paseándose por delante de mi vista con ese andar seductor y elegante, antes de retirarse mira de reojo hacia donde yo estoy, sabe que la observo con detenimiento, entonces agacha la cabeza tristemente y desaparece por cualquier rincón de la casa. Si me dejo llevar por su pelaje, siento como mi alma deja este cuerpo y vuela hacia el que verdaderamente pertenece, pero me agarro con fuerza a donde sea: a la mesa, a la silla, a la encimera de la cocina, ¡no puedo irme! Es una indecisión constante “que sí pero no, si no todo lo contrario”. Siempre pienso que hay algo que se me escapa, algo...
Me niego a que mis historias se pudran en las carpetas de mi escritorio digital. Algún día morirá mi portátil y con él las vidas de mis personajes. Mi mente es un 80 % de imaginación y un 20 % de realidad, dicho eso te diré que este blog será un caos entretenido. ¡Feliz lectura!