Queda un mes para saber los cinco finalistas del Premio
Literario Amazon 2019. Decía mi padre que un balance no se hace hasta el final
de un ejercicio, ni se escribe una biografía a los veinte años. Pero si tuviera
que definir con una sola palabra mi trayectoria hasta ahora, sería: Agradecida.
Cuando
abro mi correo y leo los mensajes que me envían los lectores, sé que voy por
buen camino, algunos son tirones de orejas, lecciones y errores que han visto;
otros son preguntas, admiración ante cierto descubrimiento y a su vez agradecimientos
por acercar un poquito el complejo mundo de la mente. Y no hay nada que produzca
más satisfacción que despertar el gusanillo de un lector sobre un tema del que
tú tratas.
Me
encantaría hacer públicos esos mensajes, igual que las reseñas que recibo, pero
sabéis que me gusta enfrentarme a una lectura sin ideas preconcebidas, por eso actúo
con mis principios. Pero sí voy a contestar una pregunta que se repite en todos
los comentarios, es increíble como la figura secundaria del padre de Natalia ha
llamado la atención sobre muchos. ‹‹¿Qué significa que el día lo marcaba el
color de la bolsa?››, no se puede escribir sin volcar parte de tu alma en la
historia.
Lo que nunca llegué a plasmar en papel, pero lo dejé entrever en los renglones de mi obra. La
doctora Navarro tenía una vida rutinaria y monótona, pero segura, aunque esto
ella no lo sabía. Una mañana se da cuenta de que todos los días son iguales, irrelevantes,
y se maldice por ello, al fin y al cabo, solo hay un responsable: ella. Una
frase cobra sentido una semana más tarde: ‹‹Ten cuidado con lo que deseas,
porque te lo pueden conceder››.
Natalia recibe una llamada de su madre desde el hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, su padre está ingresado y la doctora quiere hablar urgentemente con ella. Pronóstico: grave, imposible operar; el tiempo, aunque es indeterminado, depende de la resistencia del cuerpo humano, será corto. Cáncer de próstata y vejiga.
Natalia recibe una llamada de su madre desde el hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, su padre está ingresado y la doctora quiere hablar urgentemente con ella. Pronóstico: grave, imposible operar; el tiempo, aunque es indeterminado, depende de la resistencia del cuerpo humano, será corto. Cáncer de próstata y vejiga.
Así comienza
una historia que dura dos años, al despertar realiza la misma llamada, y su
padre tras decirle el parte meteorológico le predice cómo será el día, cual horóscopo,
sin astros ni luna, solo el color de la bolsa: blanco, un día tranquilo, hay pocos,
pero los hay; rosa, se barrunta tormenta; y rojo, las horas se prolongan con
angustia y desazón. Natalia añora la rutina y quiere volver a ella, pero sabe
que ese nuevo deseo tiene matices oscuros y se hunde en un pozo oscuro del que
no sabe salir ni quiere, por miedo.
Tuvo la
muerte más dulce. Él decía: ‹‹La
vida es amable, no dejes que te convenzan de lo contrario; quién lo haga, tendrá
malas intenciones››. Una noche larga donde hizo balance, no se arrepintió de
nada, porque moría rodeado de las personas más importantes de su vida. Y se
durmió para siempre diciendo que lo más grande de este mundo había sido ella.
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