Es
una novela de la que destaco sus intrigas familiares, un hogar cimentado en la
mentira para mantener una honra y una posición social.
Mentir
demanda un mayor esfuerzo que decir la verdad, pues requiere una trama lo
suficientemente creíble como para no ser detectada por los demás. Emma es una experta
en este arte, lo hace para no perder ciertos derechos, para dar una imagen de
sí misma, para proteger una decisión mal tomada y sobre todo por el miedo al
rechazo o castigo.
Nos
miente también Felicitas ocultándonos un secreto, ¿qué sucedió la noche que
salió a caballo? Nos deja creer lo más obvio, lo que la escritora con tanta
maestría ha colocado delante de nuestros ojos como chivo expiatorio. Esta niña irá
creciendo con una baja autoestima, inseguridad y falta de confianza. Se le
escapa la vida sin vivirla, es como un barco a la deriva.
Pero
esta madre que todo hace por sus hijos, deja tras de sí una estela de desdicha y
seres sumidos en la desgana, deprimidos ante una existencia sin aliento,
sujetos a las decisiones irracionales de una madre que no atiende a razones.