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¿BUENA SUERTE O MALA SUERTE?

Había una vez un campesino chino que trabajaba la tierra con su hijo. Un día el hijo exclamó:
—¡Padre, qué desgracia! Se nos ha ido el caballo.
—¿Por qué lo llamas desgracia? Veremos que trae el tiempo.
A los pocos días el caballo regresó con una yegua.
                —¡Padre, qué fortuna la nuestra!
                —¿Por qué lo llamas suerte? Veamos que sucede con el tiempo.
Una mañana el muchacho quiso montar la yegua y esta le tiró al suelo fracturándole una pierna.
                —¡Padre, qué desgracia! No podré ayudarle a trabajar la tierra.
                —¿Por qué le llamas desgracias? Veremos que sucede con el tiempo.
Pocos días más tarde el ejercito pasó por sus tierras buscando a jóvenes para llevarlos a la guerra, como tenía la pierna entablillada, pasaron de largo. Nunca hay que dar nada por absoluto.

Esta breve enseñanza de la vida, que algunos habréis leído en El vestido de Gala relata mi último año.
Cuando en el verano del 2017 la Editorial B de Books decidió publicar mi novela Entre tus sombras fui realmente feliz. Era una editorial seria y reconocida dentro de este mundo de letras. Unos meses después se empezó a hablar de volcar todos sus esfuerzos en la novela romántica, con todas las subcategorías que pudieran existir. Para seguir dentro debía cumplir dos requisitos mis historias: una relación amorosa y un final feliz. Yo no encajaba de ninguna de las formas. De golpe se cerraron las puertas del Facebook, los grupos de escritoras de la editorial y la participación en proyectos o eventos bajo el nuevo nombre y logo: Selecta.
                No sabía qué hacer. Estaba cansada de mandar manuscritos. Tampoco tenía claro cómo quería gestionar mi obra. Un artículo de Blanca Miosi, donde narraba su experiencia con las editoriales, me abrió los ojos y decidí intentarlo por mi cuenta.  Al mismo tiempo, cuando más perdida estaba llegó la critica más apabullante que alguien pueda leer sobre su obra. Era una disección en toda regla con la precisión de un cirujano. Me sumió en una realidad que ni siquiera había contemplado: ‹‹Esto no es lo mío›› y lo dejé. Pero leer y escribir son mis dos pasiones. Mi familia y amigos me dijeron que valorase el correo de aquel lector concienzudo, reflexionando. Todo lo tomé en cuenta, en ningún momento me dijo que me dedicara a los bolillos, aunque pudiera pensarlo, me dio consejos, me envió notas y una serie de puntos a tener en cuenta. Decidí estudiar, leer con detenimiento, aprendiendo de los que ya transitaron este camino.
                No creo que haya llegado ni a la mitad del recorrido, me queda mucho trecho por andar, por eso no descanso: estudio, investigo y leo; cuando dudo pregunto y no me importa reconocer que hoy por hoy no domino: nada.
                Hace dos meses autopubliqué El vestido de Gala, estoy satisfecha, pero sigo con los pies pegados al suelo. Ayer recuperé los derechos de mi novela Entre tus sombras y me siento con fuerzas y ganas de publicarla por mi cuenta. Es una obra que requiere una revisión, una lectura concienzuda y una vuelta de tuerca. Hoy ha desaparecido de las páginas de Amazon, pero espero subirla en breve con esos apuntes que me fuisteis dando, con las recomendaciones que no cayeron en saco roto. Porque en todo este tiempo he sacado en claro, que la opinión sincera de un lector es para mí oro en paño: ‹‹Hay confusión en el tiempo››, ‹‹Es algo lenta en…››, ‹‹Hay muchos adverbios››.   
                Gracias por vuestro tiempo, por las palabras de ánimo y los tirones de oreja. 

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