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TRAUMA


Ninguna etapa de la existencia es más vulnerable que la infancia. Dejan muescas en la personalidad y marcan el rumbo de la vida, incluso la forma de enfrentarnos a ella. Los padres son los pilares de nuestro desarrollo, ellos proporcionan la seguridad: guían, cuidan y protegen. Cuando desde niños se vive rodeado de abusos, vejaciones o simplemente de falta de afecto, se normaliza la situación, ya que desde esa posición es incapaz de comprender que existe el mal y hay que defenderse de él. En el cerebro se fija una herida complicada de curar, llegando a la edad adulta cargado de traumas.
                En mi novela expongo la historia de tres personajes que han sufrido abusos, sus perfiles y la forma de enfrentarse cada uno de ellos a la vida. 


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