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EL GIGOLÓ.



Estaba leyendo esta historia y me pregunta una amiga, ¿Qué te tiene tan absorta? Le conté por encima la trama, no me gusta desvelar todo para generar esa curiosidad que lleva a abrir un libro, la cosa es que pone cara de asco y me dice ¡Qué degenerada! No sé si Banca Miosi por escribir la historia o yo por leerla, pero me hizo reír. Sobre la diferencia de edad en el amor, hay mucho que matizar. Si es un hombre con una jovencita, ella va por el dinero; si es una madurita con un joven, es una depravada; de todas, todas, no salimos bien paradas las mujeres.

Tras terminar su lectura la idea que me venía a la cabeza era << un cuento para adultos>> y creo que ese fue el título que puse en Amazon.

¿Qué es un cuento? Una narración breve con pocos personajes, una intriga con el mínimo desarrollo, aunque en este punto la escritora nos cuenta muchísimos datos curiosos de la vida de Francesco en cuarenta páginas, lo que nos da un fuerte clímax y por último el desenlace rápido.

Pero para mí es una historia que me hace reflexionar. Francesco es el hilo de la vida que le faltaba a Octavia para sus últimos días: una esperanza, una alegría o un regalo antes de irse. Una forma de abandonar este mundo con una sonrisa, con la sensación de que hiciste el bien por la gente que formó parte en ese camino, que no les dejaste indiferente.

Octavia se convierte para Francesco en el salvavida de un futuro lleno de frustraciones y esfuerzos inútiles al confundir el sentido de la felicidad. Un muchacho que se empeña en ser otra persona diferente al chico de buen corazón con un pasado triste, intentando satisfacer a alguien que no le ama como es, un error.

Una madrina y un moderno ceniciento. 



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