Una
novela que me ha descolocado como hacia tiempo no me sucedía. De estas historias
que empiezas y aunque las similitudes con El código Da Vinci de Dan Brown son
aplastante, por todos esos datos históricos y su increíble investigación que te
mantienen en vilo, sigues por saber dónde llegará. Cierto es que me intrigaba
como iba a unir tal cantidad de saltos en el tiempo, personajes e ideas.
Ninguno
de los personajes principales me ha enganchado, Mercedes me resulta
contradictoria, no sabe, pero sorprende; tiene un carácter anodino e insustancial,
pero resulta que se zampa de un bocado a Marcus que se revelaba como el centro
de la obra, resultando ser insulso y aburrido. Rupe que es un psiquiatra con
una identidad sexual muy poco clara, o como él mismo revela, se enamora de las
personas y no del sexo, pues muy plausible.
Hay
cientos de escenas que me han descolocado, pues según se pincelaba la obra no
tenía coherencia para mí, simple lectora, una de ellas el trio ese que hacen
después de tomar la pócima de amor. Bueno, no sé muy bien que decir, me hice
una idea de la obra y me confundí de todas, todas.
Tampoco
me cuadra que se hable de psicópatas cuando la trama parecía ir camino de una
aventura histórica, el descubrimiento de algo más que un elixir de amor con poderes
mágicos, pero es lo bueno que tiene la obra, que te parece que va por un camino
cuando toma otro y te hace un giro que te deja descolocada o en mi caso
buscando un sentido. Este asesino serial me recordó a Enriqueta Martín, que
secuestraba niños para sus ungüentos mágicos y más majaderías.
Pero
puedo asegurar que no soy la medida de nadie como muestran las reseñas y las
muchas estrellas que tiene esta novela en Amazon, yo te animo a que la leas,
solo por los datos curiosos que ofrece sobre momentos importantes de la historia,
la veo interesante.