Alguien me criticará que haga una
mención a este breve relato cuando la valoro en Amazon con solo dos estrellas.
Veamos. El propio escritor nos dice que es un experimento al que somete al
lector, sin
narrador ni descripciones. No necesito descripciones, pues como él mismo
dice debemos de ser capaces de usar nuestra imaginación para saber cómo es una
sala de visitas en una cárcel o los rostros de los personajes, muy de acuerdo.
Pero para mí el narrador es una figura importantísima dentro de la historia,
con los diálogos se me quedan huecos, los puedo rellenar, sí, pero sería mi
novela, y eso ya no me gusta tanto.
Estoy
de acuerdo que es ideal para leer en trasporte público, en el metro iba desmigando su obra.
Si
has llegado hasta aquí, quizá te preguntes, por qué nos habla de algo que no le
gustó. Porque no es cierto, me encantaron los giros que da y como manipula al
lector, como te pone en contra del abogado para segundos después odiar al reo
y verle culpable, y eso me fascina.
Además
cuando un escritor quiere saber la opinión de un lector es porque está
investigando alguna vía, algo para otra obra, y soy de las que se tira a la
piscina sin saber si está del todo llena, me gusta aportar mi granito de arena,
aunque luego me lluevan bofetadas.
Y
ya para terminar, soy muy mala en eso de jugar a las películas, pero esta
trama me recuerda a algo ya visto en la pequeña pantalla, no estoy del todo
segura, pero aquí te dejo esta intriga para que te sumerjas en un relato
curioso.