Cuando
una novela me tiene con ganas de subirme al metro o al autobús para continuar
su lectura, es que tiene una trama fascinante. Por supuesto que para mí, cada
lector tiene un gusto y yo no entro en más detalles.
Me
gusta Danilo Luna porque no se va por los cerros de Úbeda, llenando páginas y
páginas con descripciones insustanciales o detalles innecesarios. Empieza con
fuerza y nos mantiene en vilo hasta el final, sin decaer.
Para
los que no sean de España, les diré lo que significa esta frase “Los cerros de
Úbeda”. Tras terminar la batalla de las Navas de Tolosa, se abrió otra
contienda en Úbeda entre los cristianos y los almohades, justo antes de empezar
la lucha, un alto mando del rey Fernando III, Álvar Fáñez, desapareció sin
dejar pistas. Cuando se conquistó la ciudad y pasado el peligro, apareció sano
y salvo. Cuando el rey le preguntó dónde estaba, dijo << Me perdí por los
cerros de Úbeda. >> . Fue una cobardía, pero los cortesanos se lo tomaron
con humor velado. Esto no le sucede a nuestra protagonista que no se achanta a
pesar de conocer el peligro y saber que donde se está metiendo se sale con los
pies por delante.
Me
encantan los personajes, bien perfilados y coherentes con la trama, me gusta
como esta hilvanada la historia y aunque conoces la razón que lleva al mentor a
proteger a la sicaria, no pierde intriga ni interés la novela; creo que más de
uno dudará de la figura del informante del Ruso pero no estará seguro hasta el
final. Magnífica obra cuando tienes al lector pendiente hasta la última línea.
Gracias
Danilo Luna por tenerme entretenida todos estos días, seguro me convierto en
una de tus seguidoras, pues tras leer esta novela y tus dos agrupaciones de
relatos, sigo con ganas de sumergirme en nuevas historias tuyas, aunque me
dejen ese sabor amargo en la boca. También quiero agradecerte que te pusieses
en contacto conmigo para regalarme tu obra, fue un detalle y valoro mucho.