Las personas constantemente estamos sometidas a la incertidumbre.
No somos videntes y no podemos anticiparnos al futuro, por eso tenemos que
aprender a vivir cargados de preguntas. ¿Nunca os habéis fijado en que los
niños prefieren ver una y otra vez los mismos dibujos, escuchar los mismos
cuentos o repetir una única escena de una película? Ya desde nuestra infancia
no soportamos la ansiedad que produce el no saber el desenlace, con la historia
memorizada no hay cabida para la sorpresa. Se llama cierre cognitivo.
Alejandra necesita una respuesta firme a una sola pregunta << ¿Por
qué?>>.
Me niego a que mis historias se pudran en las carpetas de mi escritorio digital. Algún día morirá mi portátil y con él las vidas de mis personajes. Mi mente es un 80 % de imaginación y un 20 % de realidad, dicho eso te diré que este blog será un caos entretenido. ¡Feliz lectura!