Es
un insecto realmente curioso por muchas razones pero lo único que mis hijos
grabaron en sus mentes fue esa afición al canibalismo sexual. Siempre he dicho
que no soy una madre al uso, cuando salgo con ellos de senderismo vamos
pendiente de los insectos, plantas, árboles y le voy relatando lo más indiscreto, imprudente o sensacionalista que
puedo encontrar, distinguen cientos de bichos gracias a este método tan poco didáctico.
Creo
que han pasado cuatro años de esta anécdota que os paso a relatar. Jugando mi
hijo con unos amigos en el jardín encuentran un macho de esta especie, y les
relata cómo mamá mantis se come la cabeza de papá mantis, todos miran con pena
al pobre bichito, que infame el fin de una vida quizá no muy feliz. Uno de
ellos muy serio mira a los demás y añade: << Motivo de divorcio. >>,
pero sin alteración de la voz, es una sentencia firme, no hay otra opción. Tras
unos segundos de reflexión otro pregunta: << ¿Y los hijos?>>. Mi
hija que parece siempre ausente por lo que se mueve y salta, se para de golpe,
les mira como si les viera por primera vez o pensando que tal pregunta es
absurda tras el relato de los hechos, responde con los brazos en jarra:
<< ¡Con la madre por supuesto, el padre va sin cabeza por la vida! >>.
Me
encanta la sencillez con la que descubren el mundo.