Como
sucede en los relatos, unos gustan más que otros. El primero mantuvo mi
atención hasta casi el final, pero el segundo se me antojo algo mal hilvanado
pero con un buena base. Mi opinión de lectora, que no tiene ningún valor.
¿Es
fácil trasmitir miedo a través de las letras? NO, según los críticos
literarios, requiere de una maestría que muy pocos tienen, y de la predisposición
del lector. Yo no tengo ninguna predisposición a que me asusten, y eso que iba
en un metro rodeada de gente desconocida y pasando por túneles oscuros y mal
olientes, también con algún paro que otro por avería. El cine lo consigue por
su iluminación tenue, el sonido ambiental que rodea este tipo de películas y
estar cercado por gente desconocida. En una
palabra, atmósfera, un escenario preparado para que gritemos ante el sobresalto
de la imagen.
Pero
en ambos caso lo peor es que sea predecible, arruina el encanto, y no genera
miedo. Con el primer relato consigue que no sepa lo que se esconde bajo la
alcantarilla, no sé quién le llama, ni por qué, si va o no a morir, y mantiene
mi interés que intenta averiguar el motivo de tanto mensaje por ordenador.
Contra reloj, me gusta.
La
moneda maldita, bueno, la tensión la consigue en algún momento, la trama esta
algo floja y el personaje no consigue atraparme.
Pero
tú como futuro lector debes juzgar lo que escribo, tomar tus propias
conclusiones, opinar y reseñar sobre ellas.