No
es la primera vez que un libro me atrapa por su portada y su título, sin
sinopsis, y no es la primera vez que termino su lectura sin saber qué hacer.
No
soy la medida de nadie y creo que puede gustar a mucha gente esta novela, pero
a mí no me disgusta del todo. Su trama está genial, atrae y mucho,
pero tanta descripción, me aburre. Yo no necesito saber lo que el personaje
hace cada segundo de su vida, lo cotidiano me desespera, tampoco las
descripciones que resultan repetitivas, sabemos que es un refugio abandonado desde
la muerte de sus padres, donde el tiempo pasó como en cualquier vivienda dejada
de la mano de Dios, se rompen los electrodomésticos, se averían las calderas,
la cisterna del baño, incluso la ducha, que tampoco necesito aprender el
maravilloso ingenio que colocó su difunto padre. Con todo esto el 50 % del
libro desaparece.
Me
centro en la trama, una mujer que sufre maltrato y escapa de las garras de su
marido, se perfila esa bolsa que lanza al agujero lo qué es, no hay que ser un
lince, pero me interesa conocer cómo y el final de tanto miedo y pasos
sigilosos que escucha del exterior dentro de su saco. Esto lo solventa bien la
historia, y aunque termina yendo por unos derroteros que yo no esperaba, no me
disgusta en absoluto. Creo que gustaría a muchos, pero el primer 20% hace muy
repetitivo lo que puntualizo en el primer punto y desanima, aguanta lector.
Nada
de lo dicho con anterioridad lo cambiaría, pues cada lector es un mundo, a una
amiga mía le gustan que tales detalles figuren en la obra, yo tengo suficiente
con una descripción básica. Lo que si solventaría son dos o tres puntos que me
rechinan los dientes. El tema de la bolsa y el cadáver. Un cadáver no pesa más
vivo que muerto, pero el que lo arrastra encuentra más resistencia porque no
ayuda el otro. Si en vida el marido era más corpulento que ella, teniendo en
cuenta su estado físico que nos describe como débil, mareada, delgada… ¿Cómo
puede embolsarlo, meterlo en el coche, sacarlo nuevamente y tirarlo? Pensé que
lo descuartizó pero no lo leí o perdí algún fragmento, por lo tanto lo hizo de
una pieza, luego su amigo necesita de su ayuda para arrástralo de nuevo al pozo…
No me cuadra, puedo darle sentido porque el miedo con ayuda de la adrenalina
consigue maravillas en ciertos escenarios, podría ser este el caso. Sin contar el
rigor mortis que causa esa rigidez en los músculos, aquí me falta descripción.
Tenemos
el tema del agujero y la gasolina. Nos hemos olvidado de la deflagración, si
rocío un objeto con gasolina dentro de un agujero, pozo o espacio estrecho, las
paredes actuaran de chimenea, si dentro del agujero dejo caer un pañuelo
encendido en llamas a baja velocidad de propagación, se producirá cuando llegue
a la gasolina una combustión súbita. La escritora nos describe el humo negro y
las grandes llamas, ¿por qué no se quemó, asfixio?
Esta
novela tiene muchas reseñas buenísimas, esto me demuestra que mi juicio es el
incorrecto. No soy la medida de nadie.