Es
una novela adecuada para adolescentes, al principio me recordaba a nuestras
historias de pandillas como Los cinco o Los Hollister, pero con unos cuantos
asesinatos por medio, de por lo que subo la media del lector a los dieciséis años.
La
trama me gusta, recibes un wasap y comienza un juego del que no puedes salirte
sin recibir una penalización algo sangrienta.
Comencé
sospechando de todos, pues lo que estaba claro es la cercanía del asesino, y
aunque uno lo tenía bien clarito, el otro se me escapo como arena de playa por
entre los dedos de la mano.
Me
gusta como juega al despiste el escritor y como se desarrolla la trama, pero el
final, sin decir que está equivocado, en absoluto, me desconcertó.
Quitaría
información irrelevante, bajo mi punto de vista, pero porque yo soy de ir al
grano, esa cena con sopa o esa comida en el McDonald’s, de la que no saqué nada
ni comprendí su mención, era como un relleno.
Por
lo demás me encantó el ritmo, la aventura e intriga constante.