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VIOLETA, RÍE Y LLORA.



Antes de escribir mi opinión sobre este libro, me puse en contacto con la escritora, jamás lo hago a no ser que tenga algún tipo de relación con el autor. ¿Por qué hice esto?, porque la trama me gusta y puedo pensar que con una vuelta más se puede convertir en una gran novela, en este caso sería un apasionante drama romántico con una denuncia social sobre la situación de muchas mujeres. Ella me comenta que es totalmente suya, que no hay un corrector de estilo ni nadie que la eche una mano en tan gran empresa.

Y por eso me animo a escribir este post. Porque es cierto que el lector se merece un respeto por parte del escritor y este último debe dominar la ortografía, el estilo y conseguir que la trama tenga cierta coherencia. Anys Felici tiene cientos de historias en su cabeza que narran la vida de la mujer en su tierra, que ponen en tela de juicio si esos tiempos quedaron tan atrás como creemos, y ella quiere transmitir al resto del mundo esta realidad, aunque le falte esa madurez que el tiempo le dará.

Es una novela corta que se lee en un suspiro. La sinopsis está bien, la escritora nos enfrenta a la realidad de una mujer en una época no muy lejana. Violeta, nuestra protagonista, disfruta de un nivel de vida desahogado hasta que su padre cae en desgracia por avatares de la vida, arrastrando con él a su mujer y su hija. Todo se complica, incluso ella pierde a ese amor de juventud, Eduardo, tras entregarle su virginidad en un intento desesperado de mantener ese compromiso matrimonial. Violeta necesita a un esposo cerca para gozar de cierta reputación, incluso libertad. Se termina casando con un maltratador y tras enviudar, busca un hombre con una buena posición sin importarle la edad, pero ya no es tan joven y los infortunios que ha vivido la convierten a vista de los hombre es una buena amante más que en una esposa, y ella no quiere ser un objeto de usar y tirar. 

El tiempo hace que Violeta y Eduardo, se cruce de nuevo para ayudar a un ladrón herido de gravedad.
Sin contar los errores ortográficos, la falta de acentos o mayúsculas, el mayor problema es que la narrativa no fluye. Una revisión de estilo y una vuelta más a la historia y tendremos un drama romántico.


Pero dice un dicho que No juzguéis un libro por su portada, si supierais que la escritora es autodidacta en la lectura y escritura, ¿qué pensaríais? 





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