NOS LO TRAJO EL VIENTO.

Desde la primera línea enganchada. Me encantan las historias que tratan de pandemias, aquellas que cuentan como un pueblo lucha por sobrevivir a pesar de tener todo en contra.

He leído muchas novelas y no me canso o no me decepcionan, La peste de Albert Camus, Epidemia de Robin Cook, Apocalipsis de Stephen King… Virus mutados por empresas farmacéuticas que son esparcidos por el aire para ver sus resultados como armas biológicas, experimentos fallidos que escapan de sus probetas o como en este caso… ¿qué trae el viento?

Una pandemia es una enfermedad epidémica que se extiende afectando a todos sus ciudadanos, en este caso la gripe parece asolar a este precioso pueblo autosuficiente. Y junto al protagonista vamos descubriendo lo que se esconde tras cada caso, tras cada personaje y tras los intereses de unos pocos. La trama no decae, mantiene la intriga hasta el desenlace. Este es predecible, pero no defrauda, con las circunstancias que tienen a su alrededor los pocos sobrevivientes, otro final hubiese sido inverosímil e irritante.

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