Cubren los campos ríos de sangre nacidos de mi espada, almas arrebatadas de sus
cuerpos por mis manos, pueblos sumidos en el caos por capricho. Saboreo la
venganza, me divierto con el odio y creo envidia. He vivido durante milenios
como demonio de la guerra y no conocía más existencia que la de servir a mi amo
arrancando al hombre su humanidad. Pero un día todo lo conocido se torno
extraño. Cuán fácil es cambiar la oscuridad con la mirada más pura de un espíritu
de luz.
Ensordecido
por los gritos de los que morían sobre la fría vía del tren en el
fragor de la batalla, una mano blanca
tocó la mía aferrada en la empuñadura de mi espada. Alcé la vista y ante mí
estaba ella con su melena rubia suelta al viento, su tez blanca y su sonrisa cálida.
Escuché historias sobre ellos pero siempre pensé que eran leyenda.
Ahora
entiendo el efecto de mis palabras sobre los hombres. Sentí el roce de sus labios sobre mi oído, su voz suave
penetró hasta lo más profundo de mi ser y toda mi defensa se derrumbó cual
castillo de naipes.
Sigo
creando guerras y arrebatando las almas que se volvieron negras con los actos,
dejo las otras aguardando al alba a que ella llegue. No hay más castigo que
amar en la distancia. #GemmaGarcíaVeiga #Lashistoriassinpapel
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Para Oscar Rodríguez Aguilera. |