Ella entró,
hoy hace un año, en nuestras vidas como un vendaval, ella es pura vitalidad y
alegría que ha sabido llevar su nombre a los vítores más aclamados en la puerta
del colegio.
Llenó la
casa con sus carreras, con sus trastadas explorando rincones, con sus juegos
alocados que terminaban en explosiones accidentales de mantas, escobas y
cojines, sin contar la cazadora vaquera, las botas sin estrenar y el carro de
la compra al que declaró la guerra.
Nunca lame,
más que a los niños dándoles los buenos días. Abraza con sus largas patorras y
te atrae para no dejarte escapar. Con sus ojos color miel transmite sin
palabras más sentimiento que cualquier persona con cientos de palabras. Llora
cuando nos siente triste, nos consuela con sus miradas profundas y su compañía
cercana. Y es feliz cuando nos escucha reír.
Tenemos
tanto que agradecer a Criss que la rescató de una muerte segura y a la
Asociación Galgo Español por dárnosla en adopción. ¡Gracias!
Pero nuestro
mayor agradecimiento, nuestra felicidad de hoy y de todos los días, es porque
Solei nos aceptara como familia. Ha sido un año muy duro donde han sido más las
lágrimas derramadas por tristeza que por felicidad, pero puedo asegurar que muchas
de las sonrisas que hemos esbozado, por no decir todas, fueron gracias a ella.
¡Felicidades Solei! ¡Te queremos tanto!