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| Esperanza. Asociación Galgo Español. |
El origen de San Valentín es una fiesta pagana que se llamaba Lupercalia, una celebración en honor a la fertilidad. Al más estilo "50 Sombras de Grey", las mujeres esperaban ser latigadas con látigos hechos del piel de cabra y perro, mojados en la sangre de estos animales, ya que pensaban que este ritual otorgaba fertilidad.
La Iglesia que estaba dispuesta a terminar con todas las fiestas paganas, tuvo que ingeniárselas para acabar con una celebración que llevaba festejándose desde la época de los Romanos todos los 15 de febrero. Para ello el Papa Gelasio I adelantó su festividad un día, al 14 de febrero, y ese día justo era el santo de San Valentín. Nadie sabía quién era este Santo, ni por qué de la noche a la mañana, era tan importante celebrar su muerte; pero todo era cuestión de imaginación y de crear a su alrededor unas cuantas leyendas emotivas para que el mundo se volcara en él. Leyendas que se han ido desmantelando a lo largo del tiempo, pero han cumplido su propósito y hemos olvidado la fiesta de látigos y sangre.
Yo mañana me quedaré con los besos babosos de mis flacos, sus arrumacos y sus muestras de amor sincero.
¡Feliz Lunes!