Vigésimo novena
entrada a mi blog.
“He llegado a ignorar sus llamadas y sus
mensajes y cuando me pregunta si estoy liado, me recreo en cada palabra que
pronuncio, en cada puñal que la lanzó: “Bastante aburrido, hoy no tengo lio y
estoy en internet”, pero no tengo ni un minuto de mi vida para ti.
Es como un perro siguiendo mis pasos por la
casa, solicitando mis abrazos, mis besos y mis “te quiero”, me obliga cada
mañana a contestar la misma pregunta odiosa: “¿Me quieres?” Cuantas ganas de
decirla que “¡No!” de gritárselo escupiendo cada letra. Debe pensar que los “Te
quiero” se pueden regalar cuando no sientes más que desprecio por un ser tan
patético.
Desde que sucedió lo del puto perro, la pillo
llorando como si hubiese perdido algo vital en su vida. No sé que hablaría con
la protectora pero sé que de su cuenta sale mensualmente aportaciones de dinero
para ellos, supongo que en el fondo lo siente como suyo. No soporto consolarla,
siento lo mismo por ella que por el mendigo que me pide limosna en la boca del
metro para comida. Veo sus lágrimas caer por su mejilla y no me veo enjugando
esas gotas saladas con la palma de mi mano, me da asco.
Esta cambiándome y todo porque no soporto su
compañía. Antes madrugaba para salir a correr, pero desde que ella decidió
acompañarme, finjo desinterés por madrugar y remoloneo en la cama hasta que
oído al servicio trastear por los pasillos, entonces me levanto y evito
cualquier tipo de intimidad.”
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Amore. Asociación Galgo Español. |
-Hemos llegado 1324.- un leve contacto de su
mano en mi hombro y mis fantasmas se disipan.- Sabes que puedes contar conmigo
¿verdad? No te atormentes más con el pasado, sino te perderás el presente y es lo único que tenemos, el ahora.
-Hoy he leído en facebook el ranking de las
diez películas más románticas…- ambos aguardamos sentados a que sucediera algo.
-¿Cuáles son?- me pregunta mientras se
acomoda apoyado en la puerta y mirándome fijamente.
-No las recuerdo todas: Un paseo por
recordar, El diario de Noa, Titanic, Ghost, Posdata: te quiero… no recuerdo
más.
-¿No estás de acuerdo?-le miré con
curiosidad.
-Yo… creo que “Un tranvía llamado deseo” es
muy romántica.
-“¡Estelaaaaa…!”-grita el Greñas fingiendo
arrancarse la camiseta tal y como lo haría Marlon Brando.- La desesperación del
hombre que ve como su esposa le abandona por hacer lo correcto. El grito de
dolor ante la ausencia de la mujer amada. Cae de rodillas a los pies de ella
implorando su amor. Es una escena dramática cargada de pasión.
-Para mí eso es amor.- dije casi pidiendo
perdón por mi pensamiento.- No rendirse jamás, luchar hasta el último segundo y
morir intentándolo. Replantearse una y otra vez el concepto amor para ajustarlo
a la persona.-esto lo dije sin mucha seguridad, recordando los emailes de mi
exmarido a La puta del chocho al rojo.
-Coincido en todo menos en lo último. Nunca se
deben cambiar los valores que te llevaron a amar a alguien, si lo haces, estás
amando a una persona diferente y eso no es justo para uno mismo, pues tú te
engañas fingiendo unos sentimientos que van en contra de tu naturaleza. Amar es
algo natural, fluido, algo que surge sin pensar y crece cada segundo que
compartes con la persona, todo lo demás son artificios que terminan dañándonos.
-“Si abres la puerta y te vas no correré tras
de ti, si tú no me quieres como para estar a mí lado yo no me molestaré en
seguirte.” Yo siempre le preguntaba: “Pero cuando amas a alguien no puedes
dejarle marchar, ¿no?”. Él se reía y me aseguraba que miles de peces esperaban
a la orilla del mar.
-Un ser vacio.- quitó las llaves del contacto
y jugueteó con ellas antes de guardarlas en su bolsillo del pantalón.-El
desamor duele y mucho, la persona dejada sufre infinitamente más que la que
deja, la primera lo pudo ver venir pero dio oportunidades incluso modificó el
concepto de amor para solventar el bache, es una doble pena: sus esfuerzos no
se ven recompensados y la otra persona no persevera por intentarlo porque zanjó
esa vida en común.
-Es seudoadaptarse para no afrontar ese dolor
de la ruptura.- asiente lentamente sin dejar de taladrarme con sus ojos verdes.
–Me acostumbré a vivir sin afecto, pensé que tenía que respetar su espacio, a
pesar de que fue detallista y cariñoso cuando nos conocimos. Siempre estaba
todo dicho, todo demostrado: “Te quiero y te lo demuestro a mi forma”, me dolía
que su forma no bastara para mí, ver el reproche en sus ojos me hacía
entristecer y despreciarme por ser egoísta. Yo necesitaba sentir el efecto vivo
para saber que estaba haciendo las cosas bien. Empecé a sentirme vulnerable en
mi casa y en mi vida personal. No dejaba de repetirme que cada persona expresa
el amor de diferente manera, pero entonces por qué yo no me sentía amada.
-Es importante diferenciar a una persona fría
de la que dejo de amarnos. Intentar hablar sin tapujos, dejando espacio para
que cada uno se exprese, pero nunca usar las agresiones verbales.- puso su mano
sobre mi hombro.- Nunca podemos obligar a nadie a que nos ame, eso es egoísmo,
hay que dejarla marchar. Déjale ir 1324, dolerá durante un tiempo pero todo se
cura.
-Mi marido me abandonó hace tres años, cuando
estaba al otro lado del mundo como corresponsal de guerra. Me fui sabiendo que
lo nuestro no funcionaba, pero durante ese casi año que pasé esquivando balas y
retrasmitiendo el dolor de un pueblo, tuvimos más conexión que en los últimos
años de matrimonio. Cuando estaba esperando mi taxi para ir al aeropuerto me
dijo que no regresará, pues nadie me esperaría en el andén.
Aquello no se lo esperaba el Greñas, se dejó
caer sobre el asiento y miró al frente, después se quitó el flequillo de la
cara y se colocó las gafas de aviador. Ese gesto lo había visto en otras
ocasiones, cuando se cruzaba con los galgueros que le tendían a patadas a sus
perros delgados y enfermos. Tensaba la mandíbula y tragaba saliva. En una
ocasión le increpé por no decirle cuatro verdades a aquella gente mal encarada
y cruel, con los dientes apretados me contestó: “Si hoy me lio a puñetazos,
¿dónde crees que mañana dejarán a sus perros? En el fondo de un pozo o colgados
de un árbol. La violencia crea más problemas que los que resuelve y nunca conduce
a la paz.- Martín Luther King.”