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Amore. Asociación Galgo Español. |
Decimoséptima
entrada de mi blog.
-¿Echo más lejía?- preguntaba por vigésima
vez la Rubia al Greñas que frotaba con saña la pared con un cepillo de raíz.
-Yo creo que ya está bien con el último
chorro que le has echado.- el tono del Greñas era tranquilo pero estaba como yo
hasta el cogote de escucharla retrasmitir y preguntar todo lo que hacía al
segundo.
-Tienes toda la razón.-y coge el cubo y el
cepillo y desaparece en el primer chenil.- ¡Qué horror como tienen las paredes!
Esto necesita una mano de pintura.- se la oía trastear con el cubo y el cepillo
de un rincón a otro pero no escuchaba restregar el cepillo contra la costra de
sangre seca que cubrían las paredes.
O se callaba o la metía el cepillo hasta el
gaznate. Chasqué la lengua no sé las veces, como cuando duermes junto a un tío
que ronca como búfalo, carraspeé exageradamente, pero ella impertérrita con su
cháchara.
-Podíamos pintar los barrotes en tonos más
cálidos, este rojo me recuerda a los burladeros de mi pueblo, un ocre Egipto o
un dorado del desierto…- ¡Dos leches!
Tenía dos leches bien dadas por cansina. Y
una hora después seguía hablando de colores, telas, y ornamentos que hicieran
el lugar más hogareño, como adornos rústicos y cuadros de nuestros flacos por
las paredes. Lo de una hora es un decir, para mí el tiempo se dilató tanto que
parecía que llevaba meses allí encerrada escuchando las mismas sandeces una y
otra vez.
-…Yo tengo un sexto sentido y todo el mundo
lo dice: “¡Qué ojo tienes con la gente, Maripuri!”, lo de Maripuri es una broma
mía…- y se ríe ella sola. Creo que al Greñas le ha dado un fatuto; sé de sobra
que no es así, estoy escuchando el cepillo lijar la pared, lijar por como
aprieta.- Yo veo a una persona y adivino si es buena gente o mala.
¡Cuánto potencial desperdiciado!
-…Por cómo anda, los gestos, y ya si hablan,
los cazo al vuelo. ¿No te sucede a ti, cielo?- levanto la cabeza como si me
hubiese apretado un resorte,¡¿cielo?! ¿Ha dicho cielo? Y se hace un profundo
silencio. Yo no quiero responder, además no me siento identificada con
“cielo”.- ¿Estoy sola?
¡Ojalá! Estuvieses sola, pero aquí estoy
soportando este despliegue de intelecto.
-Yo cuando conozco a alguien,… no juzgo si
son buenos o malos, doy por hecho que son buenas personas hasta que me
demuestran lo contrario. Decir que alguien es malo ya me predispone a actuar de
una forma.- La Rubia dice algo como que “razón tan acojonante” o algo parecido.
El Greñas hace un alto en el camino.- ¿Qué opinas tú, 1324?
A mí que me dejen en paz. Guardo silencio y
sigo enfrascada en mi tarea.
-¡Venga! ¿Qué opinas?- está apoyado en el quicio
de la puerta de mi chenil mirándome divertido.
-No hay nadie bueno.-y le miro desafiante.
-No es de extrañar que pienses de esa
manera.- asoma la Rubia su melena por la puerta. Y sobetea el brazo del Greñas,
apoya la mejilla en su hombro y aproxima la cadera a su pierna, ¡Qué asco! Y
sin ton ni son, le quita una pelusa imaginaria de la camiseta y una mancha en
la frente. Mayor cercanía.- Si contestas como lo haces tú, más de uno habrá
intentado partirte la geta.
Y me pongo de pie para mirarla a los ojos y
soltarla una respuesta que entienda fácilmente: ¡So gilipollas! Pero el Greñas
la empuja hacía su chenil mientras me clava sus profundos ojos verdes en los
míos achinados.
-Lo peor de este mundo es la incomprensión y
entiendo que te sientas rara.- salta a los quince minutos después de un silencio
donde repito sin descanso: “La violencia engendra violencia”, por lo tanto la
violencia es mala aunque para la Rubia sea muy necesaria,… no, no… es mala.
-El peor sentimiento es una sonrisa vacía.
Sonreír sin felicidad. -la Rubia afirma con vehemencia.
Serán los vapores de la lejía con las gotas
de detergente y la cal de las paredes, pero estamos en una conversación
profunda del alma que me está cargando. Vale que la Rubia sea patética pero que
el Greñas se ponga a escribir poesía, no puedo.
-¿Qué es lo peor para ti, 1324?- “erre que
erre”.
-No es necesario que me metáis en vuestra
conversación existencial.- estoy asqueada de que la gente no sepa guardar
silencio y lo llene con memeces.
-¡Venga 1324!-resoplo.
-Volverte invisible.- la risa de la Rubia me
taladra el cerebro.
-¡Por Dios! Eso sólo sucede en Hollywood.
-sigue riendo tontamente.- No te preocupes, te vemos y muy bien. Te avisaremos
cuando te vuelvas traslucida.
-Yo no sé si eres tan tonta como pareces o es
un personaje inventado para seducir al Greñas. Te excedes en halagos, esto
lleva a un efecto contrario al que buscas, resultas cargante. Y tanta aproximación física, este coqueteo
constante, estás continuamente intentando aumentar los niveles sexuales, ¿es
para la galería o para ti misma? ¡Ojo no somos amigos, somos algo más!- había
cogido el exprés y no había forma de bajarme de él. Era como un tren sin frenos
cargado hasta arriba bajando una montaña muy, muy empinada.- ¿Se te ha olvidado
que la táctica de seducción primera de toda mujer es un halo de misterio? Tú
nos relatas cada mes tus dolores menstruales y la cantidad de flujo. Quitas cualquier
tipo de curiosidad. Vestir como una guarrona no hace que se enamore de ti,
simplemente desatas la lujuria, y el sexo no crea más vínculo que el
intercambio de fluidos…
Y entonces me di cuenta que me había pasado,
¿me he pasado? Pienso unos segundos,
¡Qué va!
Tiré el
cepillo al suelo y salí de allí.