Miré a Alfa que respiraba con dificultad.
“Tenemos que dejarlo” le dije, pero me clavó aquellos ojos oscuros con el
reflejo de la luna llena y escuché en mi cabeza: “No queda mucho tiempo”. Sabía
que los segundos contaban como nunca lo habían hecho, su corazón perdía
vitalidad. Una sacudida nos hizo mirar a nuestro alrededor para descubrir que
el tiempo había pasado. La primavera de hacía un momento daba paso a un
invierno frío y oscuro, los rayos del sol encontraban dificultad para atravesar
oscuras nubes negras que no dejaban de arrojar copos de nieve sobre un paisaje
totalmente blanco. Y entre tanta nieve nos llegó las voces de una pelea con un
tono muy familiar para mí.
-Inconfundible.-Alfa me miró sin comprender.-
Estoy discutiendo con mi hermano. Soy acalorada y vehemente. Él intenta razonar
conmigo algo que supuestamente considera de vital importancia para mi
supervivencia, y yo creo que exagera como siempre.
Pero la sorpresa fue cuando nos acercamos, no
era la joven Adelis de este tiempo la que mantenía una conversación acalorada
con mi hermano, sino el contrariado Mike. Mi hermano tenía miles de alegaciones
que demostraban lo importante que era continuar con su alianza o algo muy
parecido, la ayuda mutua que recibían y lo beneficioso que era para los hombres
lobos aquella relación. Pero Mike no parecía seguro de que su relación fuera
buena o licita, se veía avergonzado y empequeñecido. En él había una dura
batalla interior, estaba claro que se sentía a gusto con su unión pero tenía
miedo a lo que sus hijos opinases o su propia manada si llegaban a adivinarlo.
No necesitaba saber más ni escuchar una palabra de menos. Esa lucha la vivió mi
hermano cuando descubrió su verdadera naturaleza sexual, él ya lo sabía pero
necesitaba la aprobación de mi madre e incluso la mía, a pesar de mi corta
edad. Yo no entendía nada de lo que hablaron mi madre y mi hermano aquella
tarde, pero me uní al abrazo de mi madre y a los besos entre lágrimas. Los gestos
que vi en el rostro de mi hermano aquel día eran los mismo que tenía Mike en
esos minutos, la mirada desesperada al verse juzgado por los cimientos que
formaban su familia, el deseo de ser aceptado y el nerviosismo por la
incertidumbre de lo que pasara cuando nadie comprenda tus sentimientos. ¿Qué
queda entonces? En el caso de mi hermano aquello no sucedió, pero en el del
Mike de la primera historia era complicado, estaba casado tenía dos hijos y era
el alfa de su manada.
En ese momento por el rabillo del ojo vi una
figura que como nosotros, robaba la intimidad de dos seres incomprendidos. Era mi
yo joven. No me veía a mi misma como indignada ni traicionada. Creo que Adelis
tenía el rostro de la incomprensión. Aguardó agazapada hasta que se despidieron
los dos hombres con un profundo beso y la joven Adelis se cubrió la boca
sorprendida para ahogar un grito de sorpresa más que de repugnancia o
desprecio. Espero a que Mike desapareciese monte arriba para abordar a su
hermano que con la cabeza gacha veía sus pies hundiéndose en la nieve.
-¿Qué ha sido eso?- mi hermano se cogió el
pecho con fuerza.
-¡Qué susto me has dado! ¿Cuánto tiempo
llevas espiando?- cogió del cuello a su hermana y la llevó a su pecho frotándole
el gorro de lana con el puño cerrado.
-Lo suficiente para que tengas que contestar
a mis preguntas.- la sonrisa de mi hermano era melancólica pero sabía que nada
podía negar a la joven Adelis, pues su amor estaba por encima de todo secreto.
-Si yo contesto a las tuyas ¿tú responderás a
las mías?- fruncí el ceño arrugando la naricilla. Aquello significaba que
guardaba un secreto tan grande o más que el suyo.
-Y ¿qué puedes querer saber tú de mí? Mi vida
es aburrida en ese castillo oscuro y triste. Soy prisionera de mi padre y su
horrible amigo. – estaba fastidiada.
-Me sorprendió mucho averiguar que Alfa y tú
erais buenos amigos.- mis mejillas se ruborizaron.
-Fue desde nuestro encuentro en el río. Recuerda
que les avisé del plan de padre.- asintió entristecido. El recuerdo de nuestra
madre planeaba sobre nuestras cabezas constantemente.
-Creo que es algo más que amistad.
-¿Quién te ha dicho tal falsedad?-puse mis
brazos en jarra para dar más fuerza a mi indignación.
-Su padre. Cree que vuestro amor es
imposible. Eres humana…
-¿Y?- ahora estaba enfurecida.
-Vuestra unión jamás será bendecida con un
hijo. ¿Qué mujer no quiere ser madre? ¿Qué hombre lobo no desea un sucesor?
-¿Cómo lo sabe Mike?- su mirada era esquiva
lo que interesó a Adelis.- ¿Qué sucede?
-Yo le hice la misma pregunta y se puso
nervioso, me dijo que aquello iba contra natura que tenía que pensar en el tipo
de criatura que nacería, ¿Qué sería?
-Pues mitad hombre mitad lobo, vaya novedad.-
me reí.
-Teme que no encajaría en ninguna de las dos
especies.
-Entonces, es posible una descendencia, si no
jamás se plantearía dónde encajaría.- su hermano tenía la mirada ausente.
-¿Qué estás pensando?- estaba avergonzado.-
¿Qué le contaste?
-Él ya lo sabía pero buscó mi confirmación. Sus
hijos le dijeron que eres capaz de escucharles y que entiendes sus aullidos…
-el silencio incomodó a Adelis.
-¿Yyyyy?- se plantó delante.
-Quería saber dónde te encontramos. - la joven
Adelis se movió nerviosa en el mismo lugar.- Me preguntó si madre te encontró
junto al río. Sabía de sobra que padre no fue porque durante años te estuvo
buscando. Se lo conté pero antes me juro que después me desvelaría él: ¿Quién
eres?
-¿Quién soy?- le zarandeé cuando su hombros
cayeron desvalidos junto a su cuerpo encorvado.
-Siempre hemos escuchado la triste historia
del hijo recién nacido del señor Macqueen que murió devorado por un hombre
lobo.- aguardó esperando que yo entendiese lo que seguía pero prorrogué el
silencio con la mente en blanco.- Tú eres ese hijo.
Mi hermano me contó lo sucedido el día de mi nacimiento
como mi verdadero padre murió en la orilla del río y el señor Macqueen obligó a
todos a cambiar la historia por su honor pero como no se fiaba de ninguno de
ellos, les dio muerte con las acusaciones más variopintas. Sólo quedaron como
testigos de una verdad ya olvidada, mi falso padre y Mike.
-El señor Macqueen lleva años buscándote porque
se le metió en la cabeza que alguien como tú está bendecida por poderes
sobrenaturales.-seguimos andando, temiendo que la nevada se intensificara con
la llegada de la noche.- Con el paso de los años escucha con vehemencia a todos
los que con su palabrería le han llevado por las artes oscuras, cree en la
magia negra y busca la vida eterna, ya que su vida llena de pecados, le llevará
directo al inframundo para que purgue por toda esa maldad que porta. Teme a la
muerte.
En los últimos meses, tras la muerte de su único
hijo, él y mi padre se encerraban en las mazmorras con todo aquel que pudiese
enseñarles como evitar a la muerte y como encontrarme en las amplias
extensiones de sus tierras. Tras narrar a todos aquellos que presumían de
dominar las artes oscuras mi existencia, todos juraban, que mi sangre les
rejuvenecería; mi corazón puro, comido crudo, les borraría sus pecados; y mi alma, puente
sobrenatural, les abriría el mundo de lo desconocido, el control de la
naturaleza y el dominio del espacio tiempo. Serían inmortales y poderosos.