López se colocó delante de mí y gruñó a los
lobos pero un silbido suave de Mike le hizo relajar la postura pero no se
retiró ni un centímetro. Mike volvía a ser el de siempre, yo no podía seguir
ignorando lo que mis ojos captaban y mi mente no razonaba.
-Tu hermano no se conformaba con vivir a mi
lado como un simple humano. Nuestra longevidad no es mucho más larga que la
vuestra pero si es cierto que envejecemos más despacio o el paso del tiempo
hace menos estragos en nosotros. Eso no le preocupaba, le atormentaba que
hubiera una parte de mi vida alejada de la suya, él era un mero observador, y
siempre corríamos el riesgo de que mi naturaleza animal un día superase a la
humana y me perdiese en ese mundo de aullidos y lunas llenas. Desoyó todo lo
que le dije, prefirió escuchar a charlatanes renegados de sus clanes que
malviven contando historias que ni ellos mismos saben si son ciertas. Pero de
todas esas voces, una de ellas cobró fuerza y una noche me mintió para realizar
el mayor acto de amor. Su alma abandonó su cuerpo y vago libre durante segundo
por una habitación sucia y mal ventilada, esas fueron las últimas palabras que
escuché de sus labios, cuando me llamó entristecido. Salió de allí con los
bolsillos y las cuentas vacías y el corazón roto por no alcanzar su sueño, ser
como yo. Venía en su moto a gran velocidad, quizá enfurecido, frustrado o
dolido y no vio la curva. Los sanitarios declararon su muerte al llegar al
lugar, nada se pudo hacer por él,…
López da unos pasos y se enfrenta a la mirada
de Mike que a la vez busca la suya. Se quedan durante unos minutos en una unión
perfecta y el tiempo parece detenerse, no hay viento que meza las ramas de los
grandes árboles ni pájaros que rompan ese momento de recogimiento.
-Y entonces…-sigue como si tal cosa, el
segundero vuelva a marcar su tic-tac monótono y cansino.- Llegó Alfa a la
morgue y me recordó lo que yo había olvidado,…-me mira con los ojos llenos de
lágrimas, unos ojos profundos y marrones, tiernos y dulces.- Que tu hermano era
uno de los nuestros y se merecía ser tratado como un miembro de la manada. Pedí
que viniera un amigo nuestro para tratar su cuerpo, no hubo ningún problema
porque después de tatos siglos siendo lo que somos, una de las cosas que hemos
aprendido es a situarnos. Gracias a esa decisión tomada a última hora,
descubrimos…- me coge de las manos y me las acerca a su pecho, yo no opuse
resistencia, sentía la presencia de López y me daba la seguridad que todos
aquellos majaderos me quitaban.- Ten la mente abierta, ¡vale!
-Solo puedo prometerte que lo intentaré.- y
era más de lo que se merecía ninguno.
-Nosotros no morimos como los humanos…-¡madre
mía! Mente abierta y paciencia, mucha paciencia.- Somos dos almas, y dos
cuerpos.- tragó saliva y miró a los lobos.- Podemos dejar nuestro cuerpo y
seguir viviendo como lobo, no al revés. Si el lobo muere, el hombre también. -
me soltó las manos y se mesó el pelo.- Lo que tu hermano creyó un fracaso, fue
todo un éxito pero no tuvo tiempo de comprenderlo. Ser uno de nosotros supone
un enorme esfuerzo para controlar los sentimientos, somos viscerales,
impetuosos, en los primeros años, luego aprendemos a coexistir con las dos
naturalezas. Tu hermano no tuvo tiempo, yo no estaba cerca para ayudarle, para
darme cuenta que lo había logrado.
-Me estás diciendo que su cuerpo murió pero
él, su alma, su energía, de la que tanto me has hablado, se fue… ¿?- Mike se
agachó, acarició y besó la enorme frente de López.- Ja, ja, ja…
Mi risa desconcertó a todos, lobos, López y
Mike. ¿De verdad pensaban que estaba creyéndome todo aquello?
-¿No me crees?- era una pregunta retórica
cargada de tristeza.
-No soy mujer de ciencia, pero
demuéstramelo.-se miraron entre ellos.
-Puedo preguntarle un secreto que solo sepáis
vosotros dos, algo que nadie conozca.- dijo Mike entusiasmado con la idea y una
mirada complice a López.
-¿Cómo sé que mi hermano no te ha contado
todos nuestros secretos?
-Entonces no tendrás más prueba que mi
palabra. Podrías perfectamente hablar con él, si estuvieras en sintonía con tu
naturaleza,… Desde que nosotros existimos, tú has convivido en nuestras vidas.
-Me estás diciendo que tengo parte de alma
lobezna.
-Tú eres más que nosotros, y más que esa
apariencia anodina donde te ocultó tu madre. No sabemos cómo llegaste a la casa
de un Osorio pero si lo pensamos bien, era el lugar más seguro, nadie te
buscaría entre sus muros. Teniendo en cuenta que al que crees tu padre, renegó
de ser quien era por su cobardía, se rompió ese vínculo que os une a los
cazadores. Nadie fue en busca de tu hermano para empezar su adiestramiento,
quedó estigmatizado como cobarde. “De tal palo tal astilla”. Estabas segura.
-¿Qué pasó con mi padre?
-Tu hermano descubrió que vivía o malvivía
como mendigo. Aunque se le vio durante muchos años con algunos renegados de los
nuestros.
-¿Quién son renegados?
-Los que no respetan las reglas de las
manadas, los que se enfrentan a alfa y pierden…- pensé en su hermano.- Cada
manada está formada por unos veinte miembros, en cada manada hay un alfa.
Nosotros vivimos respetando nuestras dos naturalezas y como nosotros muchos
otros, pero hay algunos que acarician la vida de lobo como la única verdadera
pero lo hacen de una forma salvaje y descuidada, poniendo en peligro la
supervivencia del resto.
-Y atacáis a los humanos y…
- ¡Noooo!- resopló enfurecido.- No atacamos a
nadie. Estas tierras son nuestras, hasta donde alcanza tu vista nos pertenecen.
Durante años hemos convertido estos parajes en refugio para los nuestros, está
protegido por la ley, es una reserva natural.
-Entiendo.- quise tranquilizarle, volvía a
tener esa mirada peligrosa y esa sonrisa quebrada.
-Si fueran inmortal en alma y vivieras una y
otra vez siendo consciente de esto ¿Qué tendrías después de miles de años?
-Conocimiento, y agotamiento.- sonreí
divertida.
-Poder y dinero.-dijo muy serio.- Eso tenemos
nosotros. No se puede sobrevivir sino controlas el mundo, sino proteges los
intereses de la manada, tus intereses, al fin y al cabo; vas a nacer una y otra
vez siendo lo que eres. Depende como uses ese poder y ese dinero, afectará de
una forma u otra a la humanidad.
-Y la humanidad, ¿os deja vivir?
-Somos bichos raros. Los cazadores se crearon
para eliminarnos porque somos engendros que bajo la vista de
Dios no debimos ser creados, aunque dudo que se meta en tales asuntos. Sus conocimientos pasan de generación a generación. Sus artes para reconocernos también se perdieron con estos años de paréntesis que hemos vivido, o quizá hemos aprendido a escondernos de ellos con maestría. Lo mismo que nosotros pensamos que ellos lo habían dejado, ellos creyeron que aquella pareja de lobos que mató los antepasados de Macqueen, fueron los últimos de nuestra especie. Lo mejor de todo es que tú desapareciste entre los textos de los libros, en los manuscritos de las abadías…
Dios no debimos ser creados, aunque dudo que se meta en tales asuntos. Sus conocimientos pasan de generación a generación. Sus artes para reconocernos también se perdieron con estos años de paréntesis que hemos vivido, o quizá hemos aprendido a escondernos de ellos con maestría. Lo mismo que nosotros pensamos que ellos lo habían dejado, ellos creyeron que aquella pareja de lobos que mató los antepasados de Macqueen, fueron los últimos de nuestra especie. Lo mejor de todo es que tú desapareciste entre los textos de los libros, en los manuscritos de las abadías…
-¿Yo?
-Sí, tú. El arma de doble filo. Nosotros
dejamos de hablar de ti para que nadie te eliminase y tuviésemos una
oportunidad de lograrlo, y ellos dejaron de mencionarte y buscarte para que
renunciásemos a la “opción”. Te convertiste en una leyenda que se perdió en los
estantes polvorientos.
-¿Opción? ¿Lo vuestro es reversible?
-No estoy del todo seguro pero creo que sí.
-¿Por qué me olvidasteis? ¿Cómo no seguisteis
buscándome?
-Me he reencarnado miles de veces, igual que
Alfa, Beta, Zeta y Gamma, siempre hemos sido miembros de la misma manada, lo
mismo que Delta y Orfibia. Pero solo recuperamos nuestras vivencias anteriores
cuando nos acercamos a ti. He sido médico, abogado, militar, granjero y he
tenidos tantos “yo” que no alcanzo a enumerarlos todos, pero solo cuando te vi
por primera vez, fui consciente de todos mis “yo” anteriores.
-¿Hasta que no me viste no supiste que eras…
digamos inmortal?- meneó la cabeza pesaroso.
-Sé lo que soy desde que nací. Mi padre me
sentó en sus rodillas y me dijo: “Mike lo que te voy a contar ahora no debes
revelárselo a ser alguno, por mucho que lo ames o confíes en él.” Y de una
forma infantil me relató lo que era y como mi vida iba a cambiar a los
dieciséis años y como me ayudaría a estar preparado para recibir a mi otra
mitad, porque es cierto que nos sentimos incompletos, algo nos falta sin saber
qué es.
-¿Por qué no te lo contó todo? Es decir, lo
importante, mi persona y lo que supuestamente soy capaz de hacer.
-Has estado siglos sin aparecer en nuestras
vidas. Tu recuerdo se pierde en la distancia, nuestro último “yo” que te vio
apenas intercambio una palabra contigo, los recuerdos que pudieron alcanzarnos
fueron breves pues moriste en seguida. Y luego no hubo más contactos. ¿Dónde
has estada? ¿Qué te sucedió? Son historias que no sabremos nunca, igual que
desconocemos como nos puedes ayudar.
-¿Queréis dejar de ser lobos? Parece tan
romántica vuestra existencia.- el lobo negro se movió incomodo.
-Alfa no piensa lo mismo.- Mike levantó la
mano y sosegó su respiración. Yo miré el lobo negro, ¿aquel era Alfa?- Somos vulnerables,
si matas al humano, el alma se encierra en un lobo, si matas al lobo, muere el
humano y no se reencarna jamás. Vivimos en tensión, en un autocontrol constante,
dominando los arrebatos de ira, rabia o lujuria. Sin contar con nuestra
limitación para las relaciones sociales o la posibilidad de enamorarte
libremente. Los lobos toman a una pareja, son fieles hasta la muerte a ella y a
los cachorros. Nosotros solo podemos tomar una hembra de nuestra especie para
tener descendencia, y esa hembra no es una cualquiera, ocupará el mismo rango
que nosotros en su manada. - mi pregunta llegaba a mis labios cuando Mike me
detuvo.- Podemos casarnos con humanas, pero jamás tendremos descendencia. Yo en
esta vida he quebrantado todas las reglas pero los tiempos cambian,… en las
otras jamás me emparejé.
-El primer hombre lobo gay.
-Licántropo gay. –sonrió tiernamente.
-¿Por eso Alfa nunca ha tenido pareja? Le
falta su alfa hembra.
-¿Escuchas tras las puertas? Alfa tenía
razón, eres muy curiosa.- iba a refunfuñar pero su risa se contagió en mí y lo
dejé pasar.- No comprendemos lo de mi hermano. Supimos de su soledad cuando
llegaste tú con tus once años y tu Nancy en la mochila, nuestras vidas
anteriores llegaron como una revelación. Mi padre nos advirtió que si esto
sucedía teníamos que cuidar como si de nuestra propia vida se tratase a ese
ser, pero él no sabía por qué ni para qué. Yo recordé mi existencia como médico
y mi dedicación al prójimo, así como en todas las anteriores siempre estuve
dedicado a los demás; reconociendo que mi vida no estaba junto a una mujer, era
ilícito pensar en compartirla con otro hombre, preferí la soledad. Vivir cerca
pero alejado de la manada y volcarme en la humanidad. Hasta que esta vida me
brindó la oportunidad de conocer a tu hermano.-siempre supe que se amaban pero
nunca hubiera imaginado lo que mi hermano representaba para Mike, dejó de estar
solo cuando él llegó.- Beta con Orfibia
y el resto de los amigos con sus respectivas parejas, todos menos Alfa que
camina solo una y otra vez. Lleva emparejado con Orfibia desde que son niños,
en esta vida, aunque sabíamos de la
atracción sexual que siente Beta y ella desde los dieciséis años, no supimos la
verdad hasta que llegaste a mi piso. Se puede querer a alguien y no amarlo. La atracción
física que sintieron de niños, desapareció hace tiempo pero Alfa es…
-Mal rollo las relaciones de a tres. ¿No lo
supisteis la primera vez que me visteis lo de Orfibia?- estaba apurado hablando
de la alcoba de otros. Hubiera sido divertido si no fuera tan macabro todo.
-Se necesita estar junta a ti mucho tiempo
para que todos los recuerdos te alcancen. Yo recordé mi vida, no la de Alfa o
sus amigos. Y la primera vez os visteis escasos segundos y en un parque
infantil y fue un experimento mío que no confesé a tu hermano, aunque por aquel
entonces llevábamos poco tiempo y no le conté toda la verdad. Eso es algo que
no se dice en la primera cita. - asentí, ni en la primera ni en la segunda.
“¡Hola soy un licántropo! Por cierto tu hermana pequeña me da buenas
vibraciones.” Mal rollo.- Fue cuando viniste a vivir junta a ellos cuando todos
recordaron. Comprendes la frustración de Alfa. Orfibia le declaró su amor por
Beta y bueno no se lo tomo del todo bien… digamos que…
-Veo tu apuro. Tranquilo. Puse a cada uno en
su lugar sin yo saberlo.
-Digámoslo así.
-Y qué se supone que debo hacer yo. Aullar a
la luna, meditar las noches de luna llena, desparasitaros… ¿qué?
-No lo sé.- dijo con la mirada perdida en la
mía, intentando ver más allá de mi iris en lo más profundo de mi alma.
Y entonces López me lamió la mano y comprendí
que aquel animal grande y peludo era mi hermano o tenía el alma de mi hermano,
que aquellos lobos que me miraban expectantes buscaban de mi la liberación de
un estado sobrenatural e incomprensible para una muchacha de Valladolid. Que yo
era un tipo de talismán o pócima.
Y corrí, me alejé de ellos y me senté en este
banco de granito a poner mi cabeza en orden, a valorar si todas esas locuras me
las creía y si estaba dispuesta a asumir un papel casi de salvadora sin saber
lo que todo aquello representaba.