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Capítulo 15




Sinceramente sigo enfadada con el mundo entero, alguien ha subido la persiana de la habitación y entra el sol a raudales, al entreabrir los ojos me ha cegado tanta luz y una punzada de dolor nace en mi cerebro, que como yo estaba en “off”.  Estoy irritada y esto va en aumento, estoy en mi habitación, metida en mi cama y tapada con mi edredón. Saco la mano y palpo la mesilla en busca de mi móvil. Son las cuatro de la tarde y me la están intentando colar otra vez. López no anda por la habitación, veremos cómo solucionan el tema del mordisco que tiene mi pobre pulgoso en el lomo. Que argucia inventarán para decir que todo es producto de mi imaginación inflamada por unas novelas algo escandalosas.
La habitación de Mike tiene la puerta entornada y la empujo suavemente con los dedos. Huele a limpio, a lejía o algo muy similar. Esta todo en su sitio y la cama perfectamente ordenada y la ventana, como no, con su cristal… ¡Ah! He gritado de rabia y después he salido de la habitación maldiciendo en hebreo camino de la cocina. He golpeados los armarios en busca de una taza y la nevera al sacar la leche, la puerta del microondas por poco la arranco de cuajo cuando la he maltratado para cerrarla. Y entonces he visto el bebedero y el comedero y he llamado a López, pero no, López no ha venido. Sé que no puede estar en el salón pero voy a comprobarlo, en el fondo quiero estar loca antes que perder a mi lindo pulgoso, le estoy cogiendo algo de cariño, es normal lo nuestro es como el efecto pecera, estamos solos, solitos. No dejo de darle vueltas a que ayer estaba malherido y para eso no hay parche que me convenza que no vi lo que vi. Me acerco despacio y sigo acordándome de los antepasados de todos los amigos de Mike,  a voz en grito para que me oiga hasta Gamma desde su casa.
-¡Capullos! No os atreváis a insinuar que estoy loca, que todo es un producto de mi imaginación, sé lo que vi, tengo una venda en el pié que demuestra que el hijo de puta ese estaba escondido bajo la cama y me atacó… ¡Os odio! ¡Chulos de mierda! ¡Guapos de revista porno!- nunca se me han dado bien los insultos espontáneos, y entro en el gran salón de Mike y en un rincón junto a la colchoneta de López estaban sus amigos con dos policías y un hombre con bata blanca que acariciaba el lomo de López que duerme plácidamente.-¡¡Uff!!
-Tiene mal despertar.- dice un policía de esos que salen en los memes con un texto que dice: “Tu amiga me manda detenerte” y vamos que si te dejas poner las esposas y hasta que te cachee si hace falta.- Hemos acudido al aviso de un intento de robo que se produjo sobre las cuatro de la madrugada. Anoche usted no se encontraba en disposición de contestar a nuestras preguntas y nos hemos acercado para ver si ya estaba despierta.
-Vemos que sí.- resulta que el otro policía era una mujer menuda, con cara de bestia que no disimulaba lo divertido que era mi apuro.- ¿Se encuentra hoy mejor?-yo asentí con las mejillas sonrosadas y las piernas pegadas al suelo con grandes zapatos de hormigón.
-¿Recuerda al hombre que la atacó?-pregunta el policía que tiene algo muy extraño, los ojos. Todos los amigos de Mike tienen los ojos de unos colores comunes pero hay un no sé qué en ellos que te magnetizan.
-Olía fatal y le brillaban los ojos en la oscuridad.- suelto precipitadamente.
-¿Olía?-pregunta ella mientras apunta en un papel.
-A pelo mojado…- no sé si me ofendió más la incredulidad con la que me miraron o la cara de chufa que se dibujo en el rostro de Alfa.- Tengo el oído muy fino y el olfato muy desarrollado, es más creo que tengo sangre de elefante africano.
-Será sangre de bloodhound, conocido como sabueso, es el perro con el olfato más desarrollado en el mundo.- replica Zeta.
-Perdona que discrepe, me he levantado algo chinche…
-No lo jures.- suelta el Alfa de todos los días, no el de anoche, el sensible y delicado.
-El elefante africano es el animal con mejor olfato.-matizo poniendo todos los puntos sobre las “i”. Y entonces reparo en López y me acerco.- ¿Cómo se encuentra?
-Bien, tiene una cuchillada transversal que no profundizo pero lo levantó mucho pelo y piel, pero se recuperará.- me dice él que creo que es un veterinario.- Si me disculpan tengo que irme, ya con todos ustedes en pié pueden hacerse cargo del paciente. Reposo y reposo, es lo que necesita. Dormirá durante unas horas, le he suministrado un calmante.
-¿Recuerda algo más?- me pregunta ella, mientras veo alejarse al veterinario en compañía de Gamma.
-No. Que sabía mi nombre, creo.- sigo acariciando con la mano la cabeza de López mientras reparo en el veterinario, en el brillo de sus ojos. Estoy enloqueciendo pero exceptuando la mujer policía y yo, todo ellos tienen un algo raro en las pupilas.
-¿Creé o lo sabía?-ella era cargante, no eran las preguntas era el tono que usaba de superioridad lo que me molestaba.
-No lo puedo asegurar, estaba intentando escapar por la ventana con un corte en un pié; juraría que me llamó por mi nombre pero no lo puedo asegurar.-me alcé estirándome todo lo que pude para que se sintiera tan pequeña como yo con su tono arrogante. Le sacaba dos cabezas, bueno media. Me pareció ver en el rostro de Alfa una sonrisa pero se disipó inmediatamente.
-Pues damos por terminada la visita. Si recuerda cualquier otro detalle por pequeño que parezca, no dude en informarnos.- ambos agentes me estrecharon la mano y salieron tras Alfa y Beta.
-No me considero un modelo de revista porno pero me ha gustado el cumplido.- Zeta me observaba mientras mi mente estaba perdida en bobadas sobre ojos y pupilas.- Incluso “chulo de mierda”.
-¡Madre mía! Lo siento, últimamente estoy sembrada. Pensé que intentabais colármela como la otra noche.- Zeta tenía una bonita sonrisa con unos preciosos dientes blancos.- Abuelita, abuelita ¡qué dientes más blancos tienes!
-Si no recuerdo mal, eran grandes.-su mirada era tan penetrante como la mía inquisidora.
-Abuelita, abuelita ¡qué pupilas tan grandes tienes!- eso era, eran las pupilas, las tenían siempre dilatadas, grandes.
-Si no recuerdo mal, eran los ojos.- Zeta se levantó el pelo y me mostró unas orejas normales.
-Nada que objetar ante el tamaño.- y me reí, para liberar el stress y descargar el ambiente.
-¿El tamaño de qué?- quiso saber Beta que regresaba junta a Alfa y Gamma.
-Mis orejas tienen un tamaño proporcionado, mis pupilas están demasiado dilatadas y mis dientes son excesivamente blancos.-Zeta se unió a sus amigos.
-En cuanto despierte López, uno de nosotros vendrá para sacarle al monte. Hoy nos complacería que no salieses de tu piso.- qué lástima que la simpatía de la otra noche se diluyese con los rayos del sol, pero ese era el auténtico Alfa.
-No hay problema. Voy a preparar el material que quiero llevar a la facultad. Mañana nadie me va a retener entre estas cuatro paredes.- pasé por en medio de ellos y me dirigí a la cocina. Me pareció escuchar un gruñido pero lo descarte, López estaba comatoso.- Por cierto antes de que salgas por esa puerta con tus malas pulgas. Cogeré el autobús, ¿Alguna norma al respecto?
-No hables tan rápido no me da tiempo a ignorar todo lo que dices.- y salió de mi piso, seguido por todos menos Zeta que había sido nombrado guardaespaldas oficial de la menda.
-No le toques tanto los cojones.
-Intento pagarle con la misma moneda, pero no me sale ni a tiros.- maldije mi poco ingenio.
-Es difícil llegar a su nivel, él paga con billetes de quinientos euros y te regala el cambio. Ten mucho cuidado.
Supongo que tiene razón, hay algo letal en su forma de moverse o de mirar, incluso cuando habla, sentencia cada palabra, está acostumbrado a que le obedezcan, nadie le contradice. Debo relajar mis nervios.
Cuatro horas después López, ya recuperado de su atontamiento comía palomitas en el sofá, mientras veíamos una de vampiros “Crepúsculo”, seguidamente empalmamos con “Luna nueva” y “Amanecer”. Me iba a la cama alrededor de las tres de la madrugada. Puedo asegurar que hubo pesadillas como todas las noches, nuevamente corría por el bosque pero esta vez me perseguían unos hombres con cruces y sogas, ni rastro de lobos. Era yo la que les buscaba.

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